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BALANCE ARSA 2006


ASOCIACIÓN DEL PERSONAL TÉCNICO AERONÁUTICO (APTA)
ASOCIACIÓN DE PILOTOS DE LÍNEAS AÉREAS (APLA)

EL ESTADO NACIONAL Y EL PPP DEBEN RECHAZAR E IMPUGNAR JUDICIALMENTE EL BALANCE 2006 DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS, DENUNCIANDO SU FALSEDAD CONTABLE, QUEBRANTO FIINANCIERO Y GENERALIZADA DESCAPITALIZACIÓN, EN RESGUARDO DE LA CONTINUIDAD EMPRESARIA Y LABORAL, COMO EN DEFENSA DEL INTERÉS PÚBLICO NACIONAL.

Ante la inminente asamblea de accionistas para considerar el Balance 2006 de Aerolíneas Argentinas, APTA y APLA rechazan terminantemente su aprobación, y requieren al Estado argentino y a los representantes de las acciones de sus trabajadores (PPP), que voten por su rechazo a la vez que procedan a impugnarlo ante la justicia, por los delitos en él consumados contra nuestra Línea Aérea de Bandera.

Fundamentos

I) Antecedentes:

El Estado argentino rechazó e impugnó judicialmente los balances 2002, 2003 y 2004 de Aerolíneas Argentinas acusando a los dueños del Grupo Marsans -Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata, accionistas mayoritarios de la compañía-, como sus administradores y miembros permanentes de su Directorio desde Octubre de 2001, junto con su actual Presidente, el Dr. Horacio Fargosi, de cometer fraude contable, presentando balances falsos de la empresa que registraban un aumento doloso de sus pasivos por USD 114 millones, los cuales habían sido previamente cancelados por Marsans con dinero entregado a tales efectos por el Estado español a través de la SEPI. Lesionando con tal accionar, tanto los intereses de Aerolíneas Argentinas, como los de sus accionistas minoritarios, el Estado nacional y sus trabajadores reunidos en el Programa de Propiedad Participada.

En Noviembre de 2006, si bien el Estado argentino aprobó el balance 2005 de nuestra aerolínea de bandera, nunca se retractó, ni revocó las causales que fundamentaron su rechazo a los tres balances anteriores junto con las gestiones de su Directorio, como a las consecuentes impugnaciones judiciales que efectuó, cuyos fundamentos habían sido ampliados en Marzo de 2006.

El ejercicio contable 2005 de Aerolíneas Argentinas, fue aprobado mediante un mandato ordenado y firmado por la ex Ministra Felisa Miceli, argumentando espuriamente para hacerlo, el acuerdo político firmado en Madrid en Junio de 2006, entre el gobierno nacional y los dueños españoles de la compañía. Una argumentación falsa e insustentable, puesto que en la Carta de Intención y en la Adenda subscriptas, jamás se le impuso al Estado argentino aprobar balance alguno; éste, solo expresó “su voluntad de tratar en la próxima Asamblea Ordinaria / Extraordinaria de Aerolíneas Argentinas S.A.”, “La aprobación de los Estados Contables correspondientes al ejercicio económico 2005”, entre otras cuestiones a considerar.

En consecuencia, el balance 2006 de Aerolíneas Argentinas a ser presentado para su aprobación en la Asamblea del próximo 25 de Julio, acarrea e incluye todos los datos y resultados de los balances 2002, 2003 y 2004 y, por ende, mantiene vigente las mismas falsedades contables y delitos contra nuestra Línea Aérea de Bandera, que provocaron los consecutivos rechazos e impugnaciones llevados a cabo por el Estado argentino. Delitos, junto con otros, que también APTA y APLA han denunciando sistemáticamente ante la opinión pública, funcionarios, legisladores y justicia.

II) Situación Actual

La última versión presentada por Marsans para su aprobación, del balance 2006 de Aerolíneas Argentinas, exhibe un escenario empresarial mucho más alarmante que en los anteriores. Baste mencionar, a modo de ejemplo, dos temas centrales: a) el balance arroja pérdidas acumuladas que superan el 50% del capital más las reservas, por lo cual cumpliendo con la ley de Sociedades Comerciales la compañía deberá reducir significativamente su capital; y si se le restaran los USD 114 millones ilegalmente capitalizados por Marsans a cambio de más acciones de la empresa, provenientes de los créditos concursados contra ella que contractualmente debió extinguir pero en cambio compró, y sobre los cuales la justicia aún no opinó, Aerolíneas se hallaría en estado de quiebra técnica. b) La flota denunciada a fines del 2006 es de 50 aeronaves, igual que el 2005, con 29 operativos (hoy hay 47 y la misma cantidad de operativos), siendo ello la verdadera causa de las habituales deficiencias en la prestación de sus servicios, junto con la excesiva antigüedad de la misma (que persiste con las actuales incorporaciones), convirtiéndola en antieconómica y demandante de mantenimiento más asiduo, lo cual sobreagrava la escasa disponibilidad de aviones.

Todo ello como resultado de los incumplimientos consuetudinarios en incorporación y renovación de flota, por parte del controlante: la comprometida contractualmente en el 2001 (23 aviones); la anunciada en el 2004 (49 aviones); e incluso la prometida para el 2006 (10 aviones menos que los convenidos). A lo cual se suma, la también crónica falta de inversión en infraestructura técnica y repuestos.

Este postrante estado empresarial, en lo financiero y en lo patrimonial, que ninguna contabilidad creativa puede ocultar, es el que ha conducido a Aerolíneas Argentinas a reducir año tras año su participación en el mercado, a padecer un desprestigio inédito y creciente, como a exigir urgentemente un saneamiento de sus finanzas y una amplia capitalización productiva, como única alternativa para recuperar su autosustentabilidad y viabilidad.

Por lo tanto, el Estado nacional, también en su condición de contralor de las empresas públicas privatizadas, y garante de la prestación del servicio público de transporte aerocomercial, al cual destina ingentes subsidios directos e indirectos, está ética y legalmente obligado a rechazar e impugnar el balance 2006 de su aerolínea insignia, como a exigir a sus dueños y socios en la misma, la inmediata inversión financiera y económica que Aerolíneas Argentinas demanda, y para lo cual el Grupo Marsans recibió USD 800 millones del tesoro español desde el 2001.

Caso contrario, ese mismo Estado se verá mucho más temprano que tarde, enfrentado a la irresoluble disyuntiva de convertirse en el Estado hostil que se resigna a que Aerolíneas Argentinas siga el destino de nuestros ferrocarriles; o en el Estado imbécil, que hace pagar a sus ciudadanos, incluidos y excluidos, los quebrantos económicos multimillonarios, que dejan aquellos incalificables privados, que pertinazmente eligen incumplir con sus obligaciones empresariales y como hombres de bien.

Dos opciones, política y financieramente perdedoras y por ello inviables, tanto para el Estado de la Argentina del presente como, aún más, para la del futuro.

Buenos Aires, 19 de julio de 2007.-


Consejo Directivo de APTA.

Consejo Directivo de APLA.

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