19/11/2008 04:17
                                      La Nación - Nota - Editorial 
                                      - Pág.18
                                      Editorial II
                                      Aerolíneas: ¿aterrizaje 
                                      forzoso?
                                      
                                      >El Estado ha perdido ya demasiado dinero 
                                      para mantener dos empresas aéreas 
                                      inviables y podría perder mucho más
                                    La discusión entre el gobierno nacional 
                                      y el grupo Marsans por la reestatización 
                                      de Aerolíneas Argentinas y Austral 
                                      atraviesa un nuevo frente de tormenta que 
                                      augura un aterrizaje forzoso.
                                    Por un lado, la Comisión Bicameral 
                                      de Seguimiento de las Privatizaciones aprobó 
                                      ayer un dictamen en el que rechazó 
                                      la valuación de las compañías 
                                      aéreas realizada por el Banco Credit 
                                      Suisse a pedido de Marsans y, en cambio, 
                                      aceptó la del Tribunal de Tasaciones 
                                      de la Nación. Esta última 
                                      valuación es negativa en 832 millones 
                                      de dólares, por lo que la Comisión 
                                      solicitó al Poder Ejecutivo la expropiación 
                                      de las empresas aéreas al grupo español.
                                    Por otro lado, la Auditoría General 
                                      de la Nación (AGN) echó más 
                                      leña al fuego. Tras analizar los 
                                      balances de todo 2007 y hasta el 18 de julio 
                                      de 2008 (fecha en que se firmó el 
                                      acta acuerdo entre el Gobierno y Aerolíneas), 
                                      el citado órgano de control informó 
                                      un patrimonio neto negativo de 2190 millones 
                                      de pesos: 1891 millones en Aerolíneas 
                                      y 299 millones en Austral. Destacó, 
                                      asimismo, que "se agravará considerablemente 
                                      la situación de progresivo deterioro 
                                      económico financiero de estas líneas 
                                      aéreas".
                                    La última asamblea de accionistas 
                                      por las pérdidas de la empresa terminó 
                                      sin acuerdo. Marsans propuso una capitalización 
                                      de 100 millones de pesos para cubrir el 
                                      patrimonio neto negativo de 81 millones 
                                      que la empresa tenía al 31 de diciembre 
                                      de 2007. Pero los directores en representación 
                                      del Estado propusieron un reintegro de capital 
                                      para paliar un monto significativamente 
                                      mayor, de 2190 millones de pesos, según 
                                      la AGN. Tal pretensión fue rechazada 
                                      por los españoles. También 
                                      hubo acusaciones recíprocas, impugnaciones 
                                      y comunicados que provocaron un desgaste 
                                      adicional en la difícil y compleja 
                                      negociación entre el gobierno argentino 
                                      y Marsans.
                                    El acuerdo entre las partes parece cada 
                                      vez más lejano. Frente a eso, los 
                                      legisladores del oficialismo recomendarían 
                                      la expropiación de ambas empresas 
                                      aéreas.
                                    Las autoridades del grupo Marsans ya suponen 
                                      que será así y preparan sus 
                                      reclamos ante la justicia nacional e internacional, 
                                      más concretamente ante el Centro 
                                      Internacional de Arreglos y Diferencias 
                                      Relativas a Inversiones (Ciadi).
                                    El conflicto se acentúa, los plazos 
                                      se acortan y el Estado argentino seguiría 
                                      aportando fondos suficientes, varias veces 
                                      millonarios, para que ambas compañías 
                                      puedan seguir operando.
                                    Ante esta situación, cabe volver 
                                      a preguntarse si la solución que 
                                      propone el oficialismo, consistente en reestatizar 
                                      estas compañías aéreas 
                                      fuertemente endeudadas, es la más 
                                      conveniente para el país. El Estado 
                                      nacional ha perdido ya demasiado dinero 
                                      para mantener dos empresas que parecerían 
                                      inviables y podría perder mucho más 
                                      en los próximos años. Tal 
                                      vez haya llegado el momento de abandonar 
                                      la seducción por las alternativas 
                                      demagógicas y populistas para pensar 
                                      en otras más serias y menos costosas.