21/11/2008 03:20
                                      Página 12 - Nota - Economía 
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                                      ECONOMIA › MARSANS RESISTE LA EXPROPIACION, 
                                      QUE IRIA AL CONGRESO EL LUNES
                                      Pelea por la cabina de comando 
                                      de Aerolíneas
                                    Por Cledis Candelaresi
                                    Los accionistas privados de Aerolíneas 
                                      Argentinas apuran la estrategia para resistir 
                                      la expropiación por vía judicial 
                                      y recuperar el manejo de los fondos de la 
                                      empresa. En fuentes oficiales aseguran que 
                                      el proyecto que dispone el cambio de manos 
                                      de la línea de bandera y de Austral, 
                                      por razones de interés público, 
                                      ingresará el lunes próximo 
                                      al Congreso, se tratará el miércoles 
                                      en comisión y una semana después 
                                      se estará votando en el recinto.
                                    Ayer Marsans presentó un recurso 
                                      jerárquico ante el Ministerio de 
                                      Planificación reclamando que se nombre 
                                      un tercer tasador de las compañías, 
                                      invocando el acta-acuerdo que se firmó 
                                      con el Estado: una formalidad para agotar 
                                      la discusión en instancia administrativa. 
                                      Planean recuperar para sí el manejo 
                                      de la caja empresaria, que entre la facturación 
                                      propia y el aporte del Estado se nutre con 
                                      80 millones de dólares todos los 
                                      meses.
                                    Marsans se muestra dispuesta a dar batalla 
                                      contra el proyecto de expropiación 
                                      que los legisladores ultimaron expeditivamente, 
                                      luego de que la Bicameral dictaminara el 
                                      martes hacerlo. “Están tejiendo 
                                      un poncho para cubrir a Ricardo Jaime y 
                                      Julio De Vido de sus responsabilidades por 
                                      el incumplimiento del acta-acuerdo”, 
                                      se quejaba ayer Jorge Molina, vocero del 
                                      grupo español, que aspira a colocarlo 
                                      en el lugar del actual gerente general de 
                                      Aerolíneas, Julio Alak, en el comando 
                                      real de la privatizada.
                                    Marsans no pudo imponer, hasta ahora, la 
                                      decisión de marginar al gerente designado 
                                      por el Estado, recortando sus potestades 
                                      administrativas. Pero esta maniobra sólo 
                                      quedó pospuesta para el martes próximo: 
                                      ya se incluyó en el orden del día 
                                      de la reunión de directorio un punto 
                                      que permitirá a Molina –director 
                                      por los españoles y nuevo subgerente 
                                      general– ser el cofirmante de todas 
                                      las decisiones que tome Alak o, eventualmente, 
                                      el único que pueda tomarlas.
                                    Este cambio resulta muy perturbador. En 
                                      las oficinas públicas hay temor de 
                                      que esas facultades plenas sobre la caja 
                                      empresaria –que se engruesa con 50 
                                      millones de dólares de facturación 
                                      propia y otros 30 de auxilio estatal– 
                                      habilite giros a cuentas españolas. 
                                      Desde el punto de vista formal es difícil 
                                      evitarlo. La cuestión es si el Estado 
                                      aceptará que Alak se transforme en 
                                      una especie de soberano que reina pero no 
                                      gobierna o acelera la expropiación.
                                    El Gobierno quiere evitar este recurso 
                                      de última instancia, al que podría 
                                      acudir por vía judicial o administrativa 
                                      (resolución o decreto). Pero cualquier 
                                      maniobra que coarte la posibilidad de manejar 
                                      la caja empresaria, en gran medida alimentada 
                                      por los aportes públicos, puede precipitar 
                                      la medida.
                                    Según Marsans, está todo 
                                      listo para iniciar el trámite ante 
                                      el Ciadi. Los españoles podrían 
                                      invocar que el Gobierno no tomó en 
                                      tiempo y forma las medidas prometidas con 
                                      la emergencia aerocomercial hace unos años, 
                                      lo que habría precipitado la debacle 
                                      de Aerolíneas y Austral. Pero los 
                                      argumentos contra el Estado argentino podrían 
                                      resultar más contundentes si, efectivamente, 
                                      se dispusiera la intervención o la 
                                      expropiación.
                                    En esta coyuntura, el soporte argumental 
                                      más consistente es que el Gobierno 
                                      no respeta el acta-acuerdo firmada en julio, 
                                      en la que se contempla la designación 
                                      de un tercer tasador para dirimir diferencias 
                                      en las cotizaciones. Las hubo. Y la brecha 
                                      es imposible de cerrar. Pero el Gobierno 
                                      ya resolvió atenerse a lo que haga 
                                      el Congreso, cuya acción está 
                                      en consonancia con lo que necesita el Poder 
                                      Ejecutivo. La ley de expropiación 
                                      será sancionada como una iniciativa 
                                      parlamentaria, después de haber cumplido 
                                      con todas las formalidades del caso.
                                    Aquella acta, la misma que creó 
                                      un comité de transición mixto 
                                      bajo el mando de Alak, fue aludida por una 
                                      fuente del gobierno español, en declaraciones 
                                      off the record que reprodujo la agencia 
                                      AFP. “El Gobierno espera que ese acuerdo 
                                      se cumpla y se encuentre una solución 
                                      satisfactoria para las dos partes”, 
                                      señaló la fuente, en alusión 
                                      a aquel documento rubricado localmente por 
                                      Julio De Vido y Ricardo Jaime. “Como 
                                      siempre, el Gobierno velará por la 
                                      seguridad y los intereses de sus empresas”, 
                                      habría señalado el mismo vocero 
                                      del gobierno encabezado por José 
                                      Luis Rodríguez Zapatero.
                                    En Planificación, ayer negaban que 
                                      hubiese habido alguna gestión formal 
                                      para realizar un reclamo de esa naturaleza 
                                      de parte del gobierno español y sólo 
                                      repiten como una letanía que “se 
                                      hará lo que indique el Congreso”.
                                    