22/11/2008 05:07
                                      Página 12 - Nota - Economía 
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                                      ECONOMIA › ORDENO LA JUSTICIA LA INTERVENCION 
                                      DE AEROLINEAS ARGENTINAS. REACCION DE MARSANS 
                                      Y DEL GOBIERNO ESPAñOL
                                      Un juez entró en la 
                                      cabina del comandante
                                      
                                      >Planificación había pedido 
                                      la intervención luego del intento 
                                      del grupo Marsans, accionista privado, de 
                                      retomar el control de la compañía. 
                                      El gobierno español asegura que se 
                                      sigue buscando una salida concertada.
                                    Por pedido del Ministerio de Planificación, 
                                      la Justicia dispuso ayer la intervención 
                                      judicial de Aerolíneas Argentinas. 
                                      La consecuencia inmediata será evitar 
                                      que los accionistas privados puedan retomar 
                                      el control efectivo de la compañía, 
                                      mientras avanza en el Congreso el proyecto 
                                      de ley de expropiación que le permitirá 
                                      al Estado recuperar el control definitivo 
                                      del grupo empresario, incluida Austral. 
                                      El pedido de intervención fue la 
                                      respuesta del Gobierno al intento del grupo 
                                      Marsans, del martes último, de dotar 
                                      a uno de sus representantes de poderes especiales 
                                      que lo habrían ubicado, en la práctica, 
                                      por encima del administrador general actual 
                                      de la empresa, Julio Alak, designado a instancias 
                                      del Estado.
                                    Desde Madrid, fuentes del Ministerio de 
                                      Asuntos Exteriores español expresaron 
                                      su confianza en encontrar “una solución 
                                      negociada”. Pocos minutos después 
                                      de que tomara estado público la resolución 
                                      judicial ordenando la intervención, 
                                      desde la Cancillería ibérica 
                                      se aseguró que el gobierno español 
                                      estaba a la espera de conocer el contenido 
                                      y el alcance de la medida. “Ambos 
                                      gobiernos están ya en contacto”, 
                                      aseguró la fuente oficial. El pedido 
                                      de la intervención judicial se estuvo 
                                      considerando en el último tiempo 
                                      como una vía para que el Estado tome 
                                      el control total y definitivo de la empresa, 
                                      antes de que el Parlamento concluya su faena. 
                                      Pero lo que precipitó el reclamo 
                                      del ministerio de Julio De Vido fue la maniobra 
                                      que Marsans intentó el martes de 
                                      la semana pasada en una reunión de 
                                      directorio, cuando quiso darle a uno de 
                                      sus representantes atribuciones mayores 
                                      que las que hoy tiene Alak.
                                    El juez subrogante del fuero Contencioso 
                                      Administrativo Federal, Esteban Carlos Furnari, 
                                      hizo ayer lugar al pedido de “no innovar” 
                                      que formuló Planificación 
                                      con respecto a la gerencia de la compañía 
                                      y designó al contador José 
                                      Luis Perrone “interventor, veedor 
                                      e informante”. Fue el propio secretario 
                                      de Transporte, Ricardo Jaime, quien llegó 
                                      a la sede de Bouchard 500 para notificarle 
                                      en persona a Alak el dictamen judicial, 
                                      que de algún modo bloquea la estrategia 
                                      delineada por Marsans para recuperar el 
                                      control efectivo de la empresa, argumentando 
                                      que no podría haber venta de acciones 
                                      si no hay acuerdo respecto del precio que 
                                      el Estado debería pagar por ellas.
                                    Esto obstruye los planes de Marsans, que 
                                      iba a insistir en la reunión de directorio 
                                      del martes próximo con un cambio 
                                      de atribuciones para su subgerente general, 
                                      Jorge Molina, a quien pensaba dotársele 
                                      de firma del mismo rango que la de Alak. 
                                      En pocas palabras, esto implicaba habilitar 
                                      al director designado por los españoles 
                                      para el manejo discrecional de una caja 
                                      que hoy redondea 80 millones de dólares 
                                      por mes, de los cuales 30 corresponden a 
                                      los periódicos aportes que hace el 
                                      Estado para garantizar la operatividad, 
                                      amén de la cobertura con fondos públicos 
                                      de otras erogaciones extraordinarias de 
                                      montos mayores. Más allá de 
                                      los argumentos invocados por escrito en 
                                      el recurso de amparo, el temor que ganó 
                                      los despachos oficiales es que antes de 
                                      partir sin cobrar un centavo, los españoles 
                                      intentaran una maniobra de vaciamiento. 
                                      De ahí el inmediato recurso de amparo 
                                      que presentó Planificación 
                                      a la Justicia, después de la reunión 
                                      de directorio de la semana pasada.
                                    “La intervención resulta imprescindible 
                                      para garantizar el servicio y para que Marsans 
                                      no siga destruyendo el patrimonio construido 
                                      con tanto esfuerzo”, celebraba ayer 
                                      el diputado socialista y miembro de la Comisión 
                                      Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones 
                                      Ariel Basteiro, que advirtió que 
                                      ese cuerpo parlamentario podría preparar 
                                      una denuncia penal contra los accionistas 
                                      privados por presunta “malversación 
                                      de fondos públicos y falsificación 
                                      de documento”. Fundamentos al margen, 
                                      la embestida parlamentaria promovida por 
                                      el legislador allegado al oficialismo y 
                                      ex director estatal de Aerolíneas 
                                      ilustra el clima belicoso en el que se está 
                                      concretando esta enrevesada reestatización.
                                    Mientras Marsans presiona por una solución 
                                      “amistosa” que debería 
                                      concretarse en el curso de esta semana, 
                                      so pena de iniciar un reclamo ante el Ciadi, 
                                      tribunal arbitral del Banco Mundial. Esta 
                                      fórmula amigable no es otra que la 
                                      fijación de un precio que permita 
                                      al grupo ibérico llevar algún 
                                      dinero a cambio de la cesión de acciones 
                                      de Aerolíneas, Austral y las otras 
                                      firmas del grupo, cometido imposible según 
                                      la ley de expropiación que se está 
                                      tramitando en el Congreso.
                                    La norma que prepara Diputados prevé 
                                      expropiar aquellos títulos según 
                                      las pautas generales previstas en la legislación 
                                      vigente, por la cual el único valor 
                                      que el Estado puede reconocerle a un bien 
                                      es el que fija el Tribunal de Tasación. 
                                      En este caso, ese precio es negativo en 
                                      622 millones de dólares. Este contundente 
                                      análisis está refrendado por 
                                      otro de resultados aún más 
                                      dramáticos, como el informe de la 
                                      Auditoría General de la Nación, 
                                      que identifica un valor negativo para las 
                                      dos líneas aéreas superior 
                                      a los 2000 millones.
                                    Lo que no admite dudas es que Aerolíneas 
                                      tiene un millonario patrimonio neto negativo 
                                      y está técnicamente en estado 
                                      de disolución. Para salvarla de este 
                                      descalce es necesario capitalizarla de inmediato. 
                                      Al igual que en 2001, el actual operador 
                                      privado se hizo con las líneas de 
                                      bandera argentina oblando sólo un 
                                      dólar, pero recibiendo cientos de 
                                      millones de euros del estado español 
                                      para subsanar la crisis que generó 
                                      la gestión de Iberia, adjudicataria 
                                      original.
                                    
                                    