24/11/2008 01:55
                                      Ambito Financiero - Nota - Política
                                      El kirchnerismo pedirá renuncias 
                                      a comisiones a los Diputados que se fueron 
                                      del bloque
                                      Purga en el Congreso
                                    No sólo el gobierno complicó 
                                      el fin de año en el Congreso al enviar 
                                      un paquete de prórroga y reforma 
                                      de impuestos y la conocida continuidad de 
                                      la Emergencia Pública. Al disgusto 
                                      que debe producirle a la Presidente pedir 
                                      una renovación de esa norma que siempre 
                                      criticó se suman los efectos de la 
                                      rebelión en el oficialismo que protagonizó 
                                      Felipe Solá. Algunos de sus seguidores 
                                      serán presionados esta semana para 
                                      que abandonen la presidencia de comisiones 
                                      y no pongan en riesgo la aprobación 
                                      de esas leyes.
                                    
                                      Por: Rubén Rabanal
                                    
                                      Agustín Rossi
                                      El kirchnerismo debe enfrentar en este fin 
                                      de año en Diputados uno de sus más 
                                      complicados reacomodamientos para llegar 
                                      sin traumas a la votación del paquete 
                                      de impuestos y la prórroga de la 
                                      emergencia pública que deben sancionarse 
                                      antes de fin de año. La salida de 
                                      Felipe Solá y sus acompañantes 
                                      del bloque oficial y otras defecciones no 
                                      complicarán las votaciones clave 
                                      que exige la Casa Rosada (esos diputados 
                                      ya no apoyaron al gobierno en las últimas 
                                      sesiones), pero sí desarman el esquema 
                                      de control kirchnerista de las comisiones. 
                                      Por eso esta semana el gobierno exigirá 
                                      la renuncia de al menos tres diputados a 
                                      la presidencia de comisiones por considerar 
                                      que al haber abandonado el Frente para la 
                                      Victoria también tienen que entregar 
                                      los cargos que el oficialismo les dio.
                                    El caso más complicado es el de 
                                      la salteña Zulema Daher, que preside 
                                      la Comisión de Transporte. Ella fue 
                                      una de las que se fue oficialmente del bloque 
                                      kirchnerista la semana pasada para alimentar 
                                      el número en el nuevo bloque de Solá.
                                    Ahora ese cambio significa un peligro para 
                                      el gobierno: esta semana la comisión 
                                      de Daher debería intervenir en el 
                                      proyecto de expropiación de Aerolíneas 
                                      Argentinas (que redactaron en el propio 
                                      bloque kirchnerista y tiene el visto bueno 
                                      de la Casa Rosada) para emitir el dictamen 
                                      y habilitar el tratamiento cuanto antes.
                                    
                                      Ridículo
                                    Durante el fin de semana, Agustín 
                                      Rossi, jefe de la bancada, esperó 
                                      que Daher y el resto de los revoltosos que 
                                      se fueron con Solá y controlan comisiones 
                                      le presenten la renuncia. Pero eso aún 
                                      no sucedió. Si Daher no se va de 
                                      ese cuerpo la solución para el oficialismo 
                                      sería una sola: enviar el proyecto 
                                      de expropiación de las aéreas 
                                      sólo a la Comisión de Presupuesto 
                                      y Hacienda, lo que sería casi un 
                                      ridículo ya que Transportes fue quien 
                                      llevó adelante todo el tratamiento 
                                      de la crisis en Aerolíneas y Austral.
                                    Un conflicto similar tiene el kirchnerismo 
                                      con el proyecto que eleva de 21% a 22% la 
                                      tasa del impuesto especial sobre el gasoil, 
                                      que se destinará a elevar el subsidio 
                                      al transporte de pasajeros en el interior 
                                      del país.
                                    Ese tema, que está incluido en el 
                                      paquete impositivo, también debería 
                                      pasar por las manos de Daher.
                                    El problema, en realidad, no es la emisión 
                                      de los dictámenes en las comisiones 
                                      con problemas, sino la defensa de esos proyectos 
                                      en el recinto. El miembro informante, por 
                                      lo general, es el presidente de cada comisión 
                                      involucrada, en el caso que el proyecto 
                                      sea impulsado por el oficialismo. Teniendo 
                                      el número para controlar esos cuerpos, 
                                      entonces, el kirchnerismo quiere utilizarlo 
                                      desplazando a los presidentes que se fueron 
                                      de la bancada.
                                    Otro caso es el del rionegrino Julio Arriaga, 
                                      que marchó del kirchnerismo tras 
                                      Solá y aún controla la presidencia 
                                      de la Comisión de Defensa del Consumidor. 
                                      A él también le pedirán 
                                      la renuncia hoy. Más difícil 
                                      de resolver es la situación del bonaerense 
                                      Jorge Villaverde, que dejó el bloque 
                                      oficial pero no se fue junto con Solá 
                                      sino que armó su propia bancada.
                                    
                                      Temas pendientes
                                    Medio bloque kirchnerista da por sentado 
                                      que Villaverde también debe presentar 
                                      la renuncia a controlar esa comisión, 
                                      pero no está tan claro que sea inminente 
                                      como en los casos de Daher y Arriaga.
                                    De todas formas, no es la mejor manera 
                                      para el gobierno de terminar el año 
                                      en Diputados. Menos cuando aún le 
                                      falta aprobar en las dos Cámaras 
                                      no sólo la prórroga de la 
                                      emergencia pública y del impuesto 
                                      al cheque, a los cigarrillos, la reforma 
                                      en Bienes Personales y la suba en el tributo 
                                      al gasoil, sino también la expropiación 
                                      de Aerolíneas Argentinas.
                                    Rossi, por lo pronto, confía en 
                                      que tiene los votos suficientes pero se 
                                      prepara la batalla. Por eso se pasó 
                                      el fin de semana en Santiago del Estero 
                                      junto a Patricia Vaca Narvaja, vicepresidente 
                                      de Diputados, para apoyar al gobernador 
                                      Gerardo Zamora -el más fiel de los 
                                      radicales K- en las elecciones del próximo 
                                      domingo. En este caso también los 
                                      une la necesidad: de Zamora dependen seis 
                                      diputados del Frente Cívico que siempre 
                                      votan con el kirchnerismo en la Cámara. 
                                      Algún desencuentro con ellos sería 
                                      letal para el gobierno después de 
                                      la salida de Solá y sus seguidores.
                                    Más confusa en la situación 
                                      de otros integrantes de la bancada. A Rossi 
                                      no le convence para nada el silencio de 
                                      los últimos días de José 
                                      María Díaz Bancalari y Graciela 
                                      Camaño. Díaz Bancalari perderá 
                                      la presidencia del PJ bonaerense en manos 
                                      de Alberto Balestrini, que no lo tiene entre 
                                      sus mejores amigos, justo cuando se comienza 
                                      a hablar del renacimiento del bloque Peronista 
                                      Federal que presidió el propio Díaz 
                                      Bancalari e integró Camaño.
                                    
                                      Protesta
                                    Al mismo tiempo, el oficialismo deberá 
                                      enfrentar una protesta impensada hasta hace 
                                      poco: un pedido de la oposición y 
                                      aliados del oficialismo para que el Congreso 
                                      ratifique la ley de glaciares, que fue vetada 
                                      «con observaciones en su totalidad» 
                                      por Cristina de Kirchner.
                                    El oficialismo no aceptará que esa 
                                      discusión llegue al recinto y desemboque 
                                      en una nueva votación, pero es imposible 
                                      que no haya debate. Así, los diputados 
                                      de las provincias cordilleranas deberán 
                                      defender ese veto. «Es una ley en 
                                      donde se contradicen las cuestiones ambientales 
                                      con los proyectos de infraestructura», 
                                      afirman en el kirchnerismo, aunque reconocen 
                                      que fue un «error» que la ley 
                                      se aprobara por unanimidad en las dos Cámaras.