24/10/2008 03:31
                                      Página 12 - Nota - Economía 
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                                      EL TITULAR DEL TRIBUNAL DE TASACION ESTUVO 
                                      EN LA COMISION BICAMERAL DE SEGUIMIENTO 
                                      DE LAS PRIVATIZACIONES POR AA-AUSTRAL
                                      Aerolíneas está 
                                      en “estado de disolución y 
                                      quiebra”
                                      
                                      >El Grupo Aerolíneas-Austral en 
                                      manos del grupo español Marsans tiene 
                                      un valor negativo de 832 millones de dólares 
                                      y un patrimonio neto negativo de 489 millones, 
                                      según la evaluación realizada 
                                      por el Tribunal de Tasación. Jaime 
                                      desmintió la expropiación.
                                    Por Cledis Candelaresi
                                    “Queremos que este pajarito vuelva 
                                      a ser un cóndor”, declamaba 
                                      días atrás un técnico 
                                      aeronáutico, señalando el 
                                      dibujo azul en el extremo de una servilleta 
                                      de Aerolíneas Argentinas. Su interlocutor 
                                      era Daniel Martín, el titular del 
                                      Tribunal de Tasación, quien ayer 
                                      reiteró ante la Comisión Bicameral 
                                      de Seguimiento de las Privatizaciones que, 
                                      junto a Austral, el grupo tiene un valor 
                                      negativo de 832 millones de dólares, 
                                      un patrimonio neto negativo de 489 millones 
                                      y, por consiguiente, está en “estado 
                                      de disolución y quiebra”. El 
                                      previsto rescate estatal de las líneas 
                                      aéreas contempla un eventual proyecto 
                                      de ley para expropiar (ver aparte la desmentida 
                                      de Ricardo Jaime), pero sólo como 
                                      formalización de un plan de toma 
                                      de la empresa que podría incluir 
                                      alguna intervención previa y más 
                                      contundente que la que se realizó 
                                      hasta ahora. Aunque un acuerdo con Marsans 
                                      a esta altura parece utópico, el 
                                      Gobierno aún no dio por agotada la 
                                      instancia negociadora. La Casa Rosada busca 
                                      no problematizar la relación con 
                                      España, ya perturbada por la estatización 
                                      del sistema jubilatorio y el temor a una 
                                      avanzada del estilo en otras áreas 
                                      de la economía que afecte inversiones 
                                      ibéricas.
                                    Para que la performance empresaria de Aerolíneas 
                                      resista la analogía con el ave más 
                                      imponente de los Andes debería obrar 
                                      un milagro. En cualquier alternativa barajada 
                                      por el Gobierno para recuperar las líneas 
                                      de bandera, el Estado se hará cargo 
                                      del abultado pasivo, que a julio llegaba 
                                      a los mil millones de dólares. Pero 
                                      ese cuadro podría ser aun peor cuando 
                                      termine de sincerarse el pasivo, tarea en 
                                      la que se encuentran los técnicos 
                                      de la Auditoría General de la Nación 
                                      y de universidades estatales. De acuerdo 
                                      con los tasadores, las restricciones para 
                                      trabajar fueron dramáticas. No fue 
                                      informada debidamente la deuda, la empresa 
                                      no tiene inventario de bienes muebles, falta 
                                      concluir el análisis de los contratos 
                                      de leasing, y no se recibió información 
                                      oficial de tráficos, tarifas y personal.
                                    Entre otras amenazas sobre las cuentas, 
                                      están los “pasivos contingentes” 
                                      que el Estado español garantizó 
                                      por 350 millones de dólares: si la 
                                      privatizada pierde juicios en su contra, 
                                      éstos serían cubiertos con 
                                      euros madrileños, siempre y cuando 
                                      Marsans siga siendo principal accionista. 
                                      Algunos de esos pleitos podrían ganarse. 
                                      Pero muchos van derecho a perderse y el 
                                      impacto de ese golpe no está contemplado 
                                      en los estados contables hasta ahora.
                                    “Actualmente, el 58 por ciento de 
                                      la flota es chatarra o a recuperar con un 
                                      alto costo”, sentencia una de las 
                                      proyecciones utilizadas para ilustrar a 
                                      los parlamentarios sobre el cuadro de situación. 
                                      Muchos aviones fueron “canibalizados” 
                                      y están “desafectados” 
                                      en los aeropuertos de Ezeiza y Santiago 
                                      de Chile. La privatizada sólo tiene 
                                      dos aviones propios y la flota está 
                                      cotizada en 50 millones de dólares, 
                                      mientras que hay repuestos por más 
                                      de 130 millones.
                                    Según explicó el presidente 
                                      del Tribunal a los legisladores, existen 
                                      tres métodos para ponerles precio 
                                      a las líneas aéreas. El del 
                                      “valor contable o libro”, técnicamente 
                                      poco confiable, pero imposible en este caso 
                                      con el gran nivel de “sobrevaluación 
                                      de activos” que encontraron los tasadores 
                                      oficiales. El otro es el del “flujo 
                                      de fondos”, que estima el valor futuro 
                                      del negocio, sobre hipótesis siempre 
                                      discutibles. De cualquier modo, lo intentaron 
                                      y así concluyeron que Austral vale 
                                      76 millones de dólares y AA, 546, 
                                      con un total negativo de 622 millones de 
                                      dólares. El tercero, por el que se 
                                      inclinan los expertos públicos habitualmente, 
                                      es el “valor sustantivo” que 
                                      confronta los activos y los pasivos cotizados 
                                      a valor de mercado, única técnica 
                                      admisible para una empresa en estado de 
                                      disolución. Sobre esta base surgió 
                                      la dramática revelación de 
                                      que el valor es negativo y por más 
                                      de 832 millones de dólares.
                                    Martín explicó que los balances 
                                      elaborados a instancias de Marsans están 
                                      distorsionados por las técnicas utilizadas 
                                      y que, de ser depurados, arrojarían 
                                      a julio pasado un patrimonio neto negativo 
                                      de 489 millones de dólares, de acuerdo 
                                      con un “método rápido” 
                                      empleado para hacer el ajuste.
                                    Uno de los defectos contables es la sobrevaloración 
                                      de los bienes registrados: los de uso suman 
                                      1300 millones de pesos, cuando a juicio 
                                      de los cotizadores oficiales no podrían 
                                      superar los 715 millones. A esta cosmética 
                                      actual se le sumarían decisiones 
                                      de la gestión privada que habrían 
                                      degradado dramáticamente la marca 
                                      y la red, prueba del presunto “desinterés” 
                                      de los españoles. El local de Aerolíneas 
                                      en Guayaquil hoy es un restaurante chino 
                                      y el de Río de Janeiro, una farmacia: 
                                      ejemplos que el tasador apoyó con 
                                      las correspondientes fotografías. 
                                      Hoy sólo se vuela el 43 por ciento 
                                      de las rutas asignadas.
                                    Tampoco les resultó convincente 
                                      el plan de negocios que Marsans presentó 
                                      y aprobó en directorio aprovechando 
                                      su mayoría y sobre el cual el Crédit 
                                      Suisse cotizó Aerolíneas entre 
                                      0 y 60 millones de dólares y a Austral 
                                      en un promedio de 350 millones de dólares. 
                                      Ese programa daba por supuesto que en cuatro 
                                      años la privatizada podría 
                                      estar ganando 400 millones de dólares. 
                                      “Y si eso era factible, ¿por 
                                      qué no lo hicieron antes?”, 
                                      ironizó el oficialista Mariano West, 
                                      titular de la Bicameral.
                                    Fue poco antes de convocar a sus colegas 
                                      del cuerpo a firmar una resolución 
                                      por la cual se indicó a la AGN que 
                                      audite “todo el pasivo concursal y 
                                      postconcursal de la compañía”, 
                                      la convocatoria a informar sobre los avances 
                                      de su tarea y el pedido al secretario de 
                                      Transporte, Ricardo Jaime, que les envíe 
                                      la cotización que hizo el accionista 
                                      privado. De cualquier modo, oficialistas 
                                      y opositores ya están convencidos 
                                      de que no hay otra chance que avanzar en 
                                      el rescate, sin descartar la expropiación.