29/10/2008 02:59
                                       La Nación - Nota - Cartas 
                                      de Lectores - Pág.17
                                      El tortuoso rescate de Aerolíneas 
                                      Argentinas
                                    Por Adolfo Rodríguez Saá
                                      Para LA NACION
                                      El Congreso de la Nación aprobó, 
                                      pese a las voces que alertaron sobre lo 
                                      que iba a suceder, el llamado rescate de 
                                      Aerolíneas Argentinas, mediante la 
                                      compra de su paquete accionario; si bien 
                                      no se aprobó el acta de acuerdo que 
                                      había suscripto el secretario de 
                                      Transporte de la Nación con los representantes 
                                      de Interinvest S.A., tampoco quedó 
                                      bien expresado su rechazo. El Poder Ejecutivo 
                                      Nacional contaba con las herramientas para 
                                      avanzar en una quiebra, la única 
                                      manera de transparentar lo ocurrido y también 
                                      para adquirir la empresa >por un precio 
                                      justo asegurando la prestación del 
                                      servicio. Efectivamente, la empresa se encontraba 
                                      en cesación de pagos.
                                    Esto no sólo fue expuesto por el 
                                      PE en el mensaje de elevación del 
                                      proyecto de ley, sino que también 
                                      lo dijo Julio Alak, director por el Estado 
                                      y gerente general de Aerolíneas Argentinas 
                                      S.A., y reconocido por Vicente Muñoz, 
                                      director corporativo de Marsans y miembro 
                                      del Consejo de Transición, durante 
                                      el plenario de comisiones, al tratarse el 
                                      proyecto de ley en el Senado de la Nación; 
                                      éste expresó que nunca habían 
                                      negado la cesación de pagos y que 
                                      se habían cansado de perder dinero. 
                                      Además, lo había dicho la 
                                      propia Presidenta. Existía, entonces, 
                                      una confesión pública de su 
                                      estado de insolvencia, amén de los 
                                      hechos que lo demostraban.
                                    El Estado estaba legitimado como acreedor 
                                      para solicitar la declaración de 
                                      quiebra. Según el informe del pasivo 
                                      que por escrito había dejado el secretario 
                                      de Transporte en el Senado de la Nación, 
                                      la Fuerza Aérea Argentina era titular 
                                      de un crédito concursal privilegiado, 
                                      por la suma de US$ 13.986.462; además, 
                                      en el pasivo posconcursal, el Estado es 
                                      acreedor por US$ 48.616.398 en concepto 
                                      de protección radioeléctrica, 
                                      tasas, contribuciones patronales, aportes 
                                      e ingresos brutos de administraciones provinciales.
                                    Estaba asegurada la continuidad del servicio. 
                                      El Estado comenzó las transferencias 
                                      de fondos el 11 de julio y alcanzó 
                                      el 26 de agosto la suma de $309.200.000, 
                                      según informó Julio Alak, 
                                      y no es menor recalcar que las transferencias 
                                      se realizaron aun antes de suscribir el 
                                      acta acuerdo de rescate de la empresa con 
                                      fecha del 17 de julio. Tácitamente, 
                                      el Estado había tomado la conducción 
                                      de la empresa.
                                    Se lo catalogara o no como servicio público, 
                                      en los hechos se le estaba dando ese tratamiento; 
                                      el propio juzgado lo había consignado 
                                      en sus resoluciones; consecuentemente, se 
                                      estaban aplicando las disposiciones de la 
                                      ley de quiebra en materia de servicios públicos, 
                                      sin haberla declarado; sólo restaba 
                                      la sentencia, cuyo efecto, importantísimo, 
                                      no afectaría la prestación 
                                      del servicio. Con estos presupuestos asegurados, 
                                      avanzar en el camino falencial implicaba 
                                      un verdadero beneficio para el país.
                                    La conveniencia de avanzar en la declaración 
                                      de quiebra tiene no sólo una razón 
                                      jurídica, sino una razón política 
                                      pública que merece ser examinada.
                                    La declaración de quiebra permitía 
                                      la investigación y determinación 
                                      en forma transparente del pasivo. Ante la 
                                      quiebra, los acreedores deben concurrir 
                                      al juez, y será él quien determine 
                                      cuál es el pasivo total de la empresa, 
                                      que se abonará con el producido de 
                                      su venta. Tal como se ha establecido actualmente, 
                                      el Estado se hace cargo del activo y del 
                                      pasivo, y al momento de sancionar la ley, 
                                      no existía un balance aprobado, y 
                                      como dejó sentado en el Congreso 
                                      la Auditoría General de la Nación, 
                                      no se le habían entregado los papeles 
                                      necesarios para poder investigar al respecto. 
                                      Actualmente, el balance según las 
                                      noticias periodísticas ha sido aprobado 
                                      sin la conformidad del Estado nacional, 
                                      y existen importantes diferencias en la 
                                      tasación del paquete accionario de 
                                      ambas empresas, entre la efectuada por encargo 
                                      de Interinvest S.A. y la del Tribunal de 
                                      Tasaciones de la Nación. La Argentina 
                                      podía evitar hacerse cargo del pasivo, 
                                      y se tomó la decisión contraria: 
                                      se asumió la obligación de 
                                      pagarlo en un 100%.
                                    La declaración de quiebra permitía 
                                      la investigación de las actuaciones 
                                      realizadas en la operatoria de la empresa. 
                                      En el mensaje de elevación al Congreso 
                                      del proyecto de ley, el PE denunció 
                                      que Marsan S.A., como titular mayoritario 
                                      de ambas empresas, efectuó una serie 
                                      de maniobras comerciales para confundir 
                                      los patrimonios, y asumieron Aerolíneas 
                                      Argentinas las pérdidas y Austral 
                                      Líneas Aéreas-Cielos del Sur 
                                      S.A. las ganancias de la operatoria.
                                    También los gremios, al asistir 
                                      a la reunión plenaria de comisiones 
                                      en el Senado, más allá de 
                                      sus distintas posturas, denunciaron graves 
                                      irregularidades en el manejo de la compañía 
                                      y de sus activos. Es más, Ricardo 
                                      Cirielli, secretario general de APTA y subsecretario 
                                      de Transporte de la Nación entre 
                                      2003 y 2007, dijo haber hecho en 2004 un 
                                      informe a la Secretaría de Transporte 
                                      en el que denunciaba la falta de inversiones 
                                      en Aerolíneas Argentinas y la estafa 
                                      que llevaba adelante el grupo Marsans, y 
                                      que luego se lo expresó personalmente, 
                                      al Presidente.
                                    Hay otro elemento que agregar; en oportunidad 
                                      de realizar la sindicatura concursal el 
                                      informe general verdadera auditoría 
                                      de pasivos, consigna que, a pesar de los 
                                      requerimientos realizados, no se ha podido 
                                      tener acceso a la documentación y 
                                      a los registros de estas empresas, situación 
                                      que hace que algunos actos que podrían 
                                      ser ineficaces a la luz de la normativa 
                                      concursal no hayan podido ser esclarecidos. 
                                      Entre ellos, la constitución del 
                                      fideicomiso Cóndor, el rescate de 
                                      las acciones preferidas, el pago del costo 
                                      de la privatización y de los intereses 
                                      por Aerolíneas Argentinas S.A., y 
                                      de otros actos eventualmente perjudiciales, 
                                      a saber: el mecanismo del apalancamiento 
                                      instrumentado para adquirir la unidad operativa; 
                                      la sobrevaluación de los activos 
                                      aeronáuticos por revalúos 
                                      técnicos; la transferencia a Interinvest 
                                      de las acciones de Austral, entre otros. 
                                      Asimismo, deja constancia de que los originarios 
                                      accionistas no hicieron los aportes correspondientes 
                                      para pagar el costo de la privatización, 
                                      cargando Aerolíneas Argentinas con 
                                      el pago y el cumplimiento de los intereses 
                                      de la financiación.
                                    La declaración de quiebra permitía 
                                      investigar todos los actos denunciados por 
                                      la sindicatura para ser declarados. Pero 
                                      también permitía investigar 
                                      la actuación de representantes y 
                                      terceros en la facilitación, producción 
                                      y/o agravamiento de la insolvencia de la 
                                      empresa, para establecer las responsabilidades 
                                      que marca la ley concursal y, finalmente, 
                                      si los supuestos que referencia el PE en 
                                      su mensaje se logran probar, así 
                                      como también el vaciamiento denunciado 
                                      por los gremios, sería pasible de 
                                      ser extendida la quiebra a los causantes 
                                      de tal situación, con lo que se lograría 
                                      una verdadera recomposición patrimonial 
                                      de Aerolíneas Argentinas, además 
                                      de las respectivas responsabilidades.
                                    La declaración de quiebra permitía 
                                      asegurar la prestación del servicio 
                                      por parte del Estado nacional, y adquirir 
                                      la empresa a un precio justo fijado judicialmente, 
                                      con transferencia de los contratos laborales, 
                                      si el Estado los asumía expresamente.
                                    Finalmente, hoy existen importantes diferencias 
                                      entre la tasación del Crédit 
                                      Suisse, realizada a pedido del grupo Marsans, 
                                      y la del Tribunal de Tasaciones de la Nación, 
                                      con diferentes interpretaciones del resultado, 
                                      con una diferencia aproximada de mil millones 
                                      de dólares.
                                    En virtud de lo expuesto es que podemos 
                                      evaluar la errónea decisión 
                                      del Poder Ejecutivo Nacional de optar por 
                                      la medida de la compra del paquete accionario 
                                      de la empresa. Efectivamente, la decisión 
                                      tomada tiene consecuencias gravísimas:
                                    Con fondos públicos, se abona un 
                                      pasivo de una empresa privada. Se nacionaliza 
                                      una deuda privada. La pagaremos todos los 
                                      argentinos. Se impide una verdadera investigación 
                                      sobre sociedades, representantes y terceros, 
                                      que aparentemente han vaciado una compañía 
                                      en perjuicio de los acreedores, entre los 
                                      cuales se encuentran el Estado nacional 
                                      y las administraciones provinciales. Se 
                                      impide una recomposición patrimonial, 
                                      que es el remedio para el vaciamiento denunciado, 
                                      y esa recomposición de activos deberá 
                                      realizarse necesariamente para continuar 
                                      el servicio, y será, lógicamente, 
                                      a cargo de los fondos de los argentinos. 
                                      ¿Es eso trabajar para el bien común?
                                    El autor es senador nacional.