18/10/2008 05:05
                                      Página 12 - Nota - Economía 
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                                      Una jugada que no llegó 
                                      a despegar
                                    Tal como era previsible, el secretario 
                                      de Transporte, Ricardo Jaime, rechazó 
                                      ayer la posibilidad de dejar Austral en 
                                      manos de Marsans circunscribiendo el rescate 
                                      accionario a la degradada Aerolíneas 
                                      Argentinas. Lo hizo cuarenta y ocho horas 
                                      después que el accionista privado 
                                      hiciera saber a través de los medios 
                                      que le había arrimado al Gobierno 
                                      una propuesta para quedarse con la primera 
                                      desligándose de la segunda y poco 
                                      después que Julio Alak, gerente general 
                                      de la transición, estrenara su función 
                                      como vocero de la privatizada emitiendo 
                                      un comunicado sobre el reciente aumento 
                                      salarial a los pilotos. Dos hechos casi 
                                      anecdóticos que ilustran cuán 
                                      difícil está resultando la 
                                      reestatización de la línea 
                                      de bandera a través del buscado acuerdo 
                                      de partes.
                                    “Nosotros tenemos que cumplir la 
                                      ley que establece el rescate de ambas compañías, 
                                      Austral y Aerolíneas Argentinas, 
                                      y eso es lo que vamos a llevar adelante”, 
                                      sentenció ayer el secretario de Transporte 
                                      en declaraciones radiales. “La recuperación 
                                      de las empresas será a través 
                                      de la compra de las acciones y el valor 
                                      será determinado por el Tribunal 
                                      de Tasaciones”, remató. Después 
                                      de haber analizado cómo responder 
                                      a la operación mediática de 
                                      los españoles, Jaime optó 
                                      por hacer estas declaraciones a una radio 
                                      de su Córdoba natal, sin abundar 
                                      en los fundamentos de aquella decisión. 
                                      Estos, sin embargo, a priori parecen obvios.
                                    Aerolíneas y Austral pertenecen 
                                      mayoritariamente a Interinvest, a su vez, 
                                      de Marsans. Pero mientras el Estado tiene 
                                      un 5 por ciento de participación 
                                      accionaria en la primera, no tiene nada 
                                      en la segunda, donde a los trabajadores 
                                      les corresponde el 10 por ciento a través 
                                      del Programa de Propiedad Participada (PPP). 
                                      Ambas tienen patrimonio neto negativo. Pero 
                                      los recursos necesarios para eludir la liquidación 
                                      de la primera son infinitamente mayores 
                                      que los requeridos para la segunda, que 
                                      hoy tiene la mayor parte de las frecuencias 
                                      de cabotaje y se sostuvo gracias a que los 
                                      pasivos para garantizar la operatividad 
                                      fueron cargados sobre el balance de la empresa 
                                      madre, Aerolíneas.
                                    La idea que hicieron pública los 
                                      españoles ahora se corresponde con 
                                      una fantasía más antigua de 
                                      Marsans, que hasta hace cuarenta y ocho 
                                      horas los españoles negaban. Admitir 
                                      ese afán, de algún modo, hubiera 
                                      significado dar entidad a las denuncias 
                                      que hizo el actual legislador y ex director 
                                      por el Estado, Ariel Basteiro, cuando hace 
                                      un año denunció que había 
                                      un vaciamiento de Aerolíneas en favor 
                                      de Austral, a través de la transferencia 
                                      de equipos y frecuencias domésticas, 
                                      en las que las empresas lideran cómodas 
                                      el mercado.
                                    Hace un largo año, los españoles 
                                      explicaban a través de su vocero 
                                      que atribuirles aquella intención 
                                      era absurdo, simplemente, porque como el 
                                      grueso de los destinos son deficitarios, 
                                      endilgárselos a Austral implicaba 
                                      “alivianar” a Aerolíneas. 
                                      “Es una mala interpretación 
                                      de las decisiones gerenciales”, se 
                                      defendía entonces el director por 
                                      los accionistas privados y vocero Jorge 
                                      Molina, expulsado horas atrás de 
                                      esta última función por Alak, 
                                      quien decidió asumir este papel.
                                    El gerente general de la transición 
                                      le reconoce a Molina su papel de directivo 
                                      por el lado de Marsans, pero le indicó 
                                      abstenerse de hacer declaraciones en nombre 
                                      de la privatizada en vías de reestatización. 
                                      Ayer, supervisó el comunicado por 
                                      el cual la empresa aclaró que el 
                                      reciente incremento salarial del 9,1 por 
                                      ciento a los pilotos de Aerolíneas, 
                                      nucleados en APLA, es parte de las “negociaciones 
                                      salariales con todos los sindicatos” 
                                      sobre la pauta de ajustes que oscilaron 
                                      entre el 9 y el 13 por ciento. Por desinteligencias 
                                      con Marsans, aquel es el único sindicato 
                                      que no había tenido ese ajuste que 
                                      ahora se formalizó (ver aparte).
                                    Mientras Alak defiende una de sus últimas 
                                      decisiones gerenciales, Jaime afirma la 
                                      voluntad de rescatar Aerolíneas y 
                                      Austral a través de la compra de 
                                      acciones, tal como prevé la ley votada 
                                      el mes pasado. Los dichos del secretario 
                                      descalifican la idea que germina en el Congreso 
                                      de avanzar con una eventual expropiación 
                                      por falta de acuerdo con el accionista privado 
                                      sobre cómo puede concretarse esa 
                                      operación onerosa. Pero no arrojan 
                                      luz sobre cómo formalizar ese rescate 
                                      de modo amistoso y no lesivo para el Gobierno.