22/10/2008 02:10
                                      Página 12 - Nota - Economía
                                      ECONOMIA › MARSANS AMENAZA CON HACER 
                                      ABORTAR LA VENTA DE AEROLINEAS POR DIFERENCIAS 
                                      DE PRECIO
                                      “Redimensionando, sobran 
                                      interesados”
                                      
                                      >Desafiantes, los directivos de la empresa 
                                      accionista española rechazan que 
                                      la valuación la haga un organismo 
                                      oficial, como ordenó el Congreso. 
                                      Ni siquiera le reconocen valor de pago a 
                                      cuenta a los aportes del Estado para que 
                                      funcione.
                                    Por Cledis Candelaresi
                                    Si el Gobierno no se aviene a nombrar un 
                                      tercero imparcial que imponga un precio 
                                      por Aerolíneas Argentinas y Austral 
                                      –e insiste en que el valor sea impuesto 
                                      por un organismo oficial a instancias del 
                                      Parlamento–, Marsans amenaza con abortar 
                                      la reestatización negándose 
                                      a vender. “En ese caso, tendríamos 
                                      que aplicar un plan de negocios para achicar 
                                      costos y ofrecerla por nuestra cuenta. Sobran 
                                      interesados para una compañía 
                                      redimensionada”, asegura ante Página12 
                                      el español Eduardo Aranda, adjunto 
                                      a la presidencia de la privatizada. La sentencia, 
                                      avalada por otros directivos de la compañía, 
                                      fue formulada poco antes de la reunión 
                                      prevista para ayer con Ricardo Jaime, secretario 
                                      de Transporte, con miras a destrabar aquella 
                                      operación. Su dilación continúa 
                                      destrozando los números de la línea, 
                                      que a decir de los socios ibéricos 
                                      hoy pierde 2 millones de dólares 
                                      por día. En este contexto, el Estado 
                                      es el único que está haciendo 
                                      millonarios aportes para sostenerla. Dinero 
                                      que, a juicio de los accionistas privados, 
                                      tienen el carácter de “aportes 
                                      solidarios”.
                                    La brecha entre los 832 millones de dólares 
                                      “negativos” fijados por el Tribunal 
                                      de Tasación como valor “sustantivo” 
                                      (surge de diferencia entre activos y pasivos) 
                                      o los 622 millones en rojo que resultan 
                                      de aplicar el método de flujo de 
                                      fondos (que evalúa el negocio a futuro, 
                                      según ciertos parámetros) 
                                      son irreconciliables con el valor de 350 
                                      millones de dólares que estimó 
                                      el Credit Suisse, contratado por Marsans 
                                      para la cotización. Claro que el 
                                      banco puso ese número fundamentalmente 
                                      para Austral y reconoció que el de 
                                      Aerolíneas no superaría los 
                                      60 millones de dólares en el mejor 
                                      escenario. De ahí la propuesta de 
                                      Marsans de “ceder” esta última 
                                      a cambio de retener la primera.
                                    El acta acuerdo firmada a fines de julio, 
                                      que el Parlamento se negó a ratificar, 
                                      previó la convocatoria de un tercero 
                                      para laudar en caso de diferencias. Pero 
                                      mientras los firmantes, Marsans y Planificación, 
                                      discuten esa alternativa, legisladores de 
                                      la oposición cuestionaron judicialmente 
                                      ese documento con el argumento de que Jaime 
                                      y De Vido se extralimitaron en sus funciones 
                                      al rubricarlo y, por consiguiente, lo consideran 
                                      nulo. La ley de reestatización, que 
                                      prevé la compra de acciones de parte 
                                      del Estado, no contempla que los españoles 
                                      tallen a la hora de fijar el precio. Según 
                                      la norma, eso es competencia de aquel Tribunal 
                                      estatal y la Auditoría General de 
                                      la Nación, cuya labor tiene que ser 
                                      luego avalada en el recinto. En este sendero, 
                                      la opinión privada no cuenta.
                                    Los españoles quieren irse pero 
                                      no sin dinero. Se conforman con menos de 
                                      lo que indicó el Credit Suisse, pero 
                                      saben que el camino parlamentario entraña 
                                      el serio riesgo de que estas expectativas 
                                      también sean defraudadas. El Ciadi 
                                      es un recurso de última instancia 
                                      y largo plazo que tampoco les seduce, aunque 
                                      lo usan como herramienta de presión 
                                      y juntan elementos para eso. “El grupo 
                                      perdió 400 millones de dólares 
                                      en dos años porque el Gobierno no 
                                      aplicó las medidas contempladas en 
                                      el decreto de emergencia aerocomercial (suba 
                                      de tarifas y desgravaciones diversas)”, 
                                      se queja el director privado Diego Fargosi, 
                                      para quien ese número bien puede 
                                      fundar un eventual reclamo indemnizatorio 
                                      ante un tribunal internacional.
                                    En virtud de una prórroga de hecho 
                                      de aquella acta acuerdo, hoy la empresa 
                                      está gerenciada por Julio Alak, con 
                                      la asistencia de representantes privados. 
                                      Algo razonable si se atiende que, para garantizar 
                                      la operatividad de las líneas aéreas, 
                                      el Estado aportó desde el 11 de julio 
                                      a la fecha el equivalente a unos 700 millones 
                                      de pesos, aunque sin que esté precisado 
                                      en condición de qué se formalizó 
                                      esta contribución. “Fue un 
                                      aporte solidario hecho por el socio minoritario”, 
                                      interpretaba ayer Jorge Molina, director 
                                      por el grupo hispano y ex vocero de la compañía.
                                    “Ese dinero no es un préstamo, 
                                      porque la empresa no está en condiciones 
                                      de devolverlo y, por lo tanto, no lo hubiera 
                                      tomado. Y tampoco lo puede capitalizar, 
                                      porque para ello debería convocar 
                                      a una asamblea de accionistas en la que 
                                      Marsans es mayoría (tiene el 95 por 
                                      ciento de las acciones)”, añade 
                                      Molina. Una verdadera provocación 
                                      en el contexto de búsqueda de un 
                                      acuerdo.
                                    Planificación busca un acuerdo, 
                                      ya que la consigna impartida desde la Casa 
                                      Rosada es no ir a ningún extremo 
                                      que tense el vínculo bilateral con 
                                      España. En el tránsito todo 
                                      vale y por eso hay funcionarios que imaginan 
                                      hasta judicializar esta partida, denunciando 
                                      a la gestión ibérica por supuesta 
                                      evasión impositiva.
                                    Aun así, hay esperanzas de fumata, 
                                      al punto de que se avanzó hasta en 
                                      el diseño de la nueva imagen de la 
                                      línea aérea reestatizada y 
                                      en un plan de negocios basado en una flota 
                                      bimarca, con la norteamericana Boeing y 
                                      la brasileña Embraer.