18/09/08
Hispanidad.com
Con Díaz Ferrán,
la CEOE está en manos del Gobierno
Gerardo Díaz Ferrán y Juan
Jiménez Aguilar, representan, no
dos estilos de mando, sino dos ideologías
y dos intereses distintos.
Ideología: El hombre de Marsans es
un millonario, un gran empresario -cuya
fortuna se ha engrosado succionando del
Erario público, pero esa es otra
cuestión- que quiere que la CEOE
sea un lobby de grandes compañías.
No olvidemos que las grandes empresas tienen
intereses muy distintos de las pequeñas,
y no digamos nada de los emprendedores y
autónomos, que crean el 90% del empleo
del país.
Por contra, Juan Jiménez Aguilar
es un asalariado, y se siente representante
de todas ellas PYMES y micropymes. Por ahí,
no podía haber entendimiento. Jiménez
Aguilar considera, además, queda
la politización de las cámaras
de comercio, dirigidas por el ex ministro
socialista Javier Gómez Navarro,
íntimo de Marsans y dedicados a las
grandes empresas, es la CEOE la que debe
recoger el testigo de lo que realmente preocupa
a las micropymes y que consiste, principalmente,
en cuotas sociales, impuestos y periodos
de pago y burocracias varias.
En segundo lugar: los intereses, que son
más poderosos que las ideas. Para
Jiménez Aguilar, el enemigo de las
PYMES es el Gobierno (se equivoca, la PYME
tiene dos enemigos: Gobierno y gran empresa),
y su deber es exigir menos cuotas, menos
burocracia, y menos persecución al
diminuto. Por contra, Díaz Ferrán
ha basado todo toda su trayectoria profesional
en las relaciones políticas, gracias
a las cuales se ha hecho multimillonario.
¿Quién ganará? En
mi opinión Ferrán, que no
en vano tiene una guardia de corps, encabezada
por su socio, el vicepresidente Pascual
y su cuñado, el presidente de CEIM,
Arturo Fernández, que actúan
como un verdadero lobby dentro de CEOE.
Pero no sólo por eso: Gerardo Díaz
Ferrán y Gonzalo Pascual han realizado
toda su profesional pegados al poder. Fueron
sus relaciones familiares con el ex presidente
del Gobierno con Franco, Carlos Arias Navarro,
quienes les facilitó las primeras
concesiones de transportes, más tarde
darán el salto con Viajes Marsans,
regalo del precitado ministro de Comercio
de Felipe González, Javier Gómez
Navarro. Llegó Aznar y la SEPI de
Ruiz Jarabo les regaló Aerolíneas
Argentinas más 758 millones de euros
para reflotarla (que ahora están
en un juzgado madrileño por desvío
de fondos públicos). Esperanza Aguirre
les llevó a la poderosa Cámara
de Comercio de Madrid -¡Qué
peligro!- y a la CEOE, pero el PSOE siguió
teniéndoles bien cogidos con Aerolíneas.
Se lucraron con Spanair a la que utilizaron
como complemento de Marsans, y con todo
el apoyo público, especialmente el
prestado por su íntimo Gómez
Navarro (todo va de ‘navarros’).
Por último, ZP está feliz
con Ferrán controlando la patronal,
porque le debe muchos favores, especialmente
su defensa espuria -porque el PSOE se sabe
mejor que nadie el caso- de su posición
en Aerolíneas Argentinas, empresa
que han vaciado y dejado en situación
de quiebra a pesar del dinero recibido tanto
del Estado español como del argentino.
En definitiva, Ferrán y Pascual
dependen del PSOE, Jiménez Aguilar
no, y les puedo asegurar que firmará
cualquier acuerdo con el Gobierno, beneficie
o no a los empresarios y se dejará
fotografiar cuantas veces sea necesario
con Zapatero, como hizo en julio, sin consultar
a los órganos de la órganos
de la CEOE, dicho sea de paso, y cuando
más necesitaba el presidente del
Gobierno una foto con los agentes sociales.
Sí, con Díaz Ferrán
y si Jiménez Aguilar cae definitivamente,
la CEOE estará en manos de La Moncloa
y al servicio del Gobierno socialista. Y
todo esto es una gran paradoja: porque tanto
Ferrán como Pascual consideran que
Manuel Fraga es un peligroso liberal de
izquierdas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com