19/09/2008 
                                    Clarín - Nota - Opinión 
                                    - Pág.31
                                    Panorama empresarial
                                    Ante la crisis, el Gobierno 
                                    busca ampliar el superávit
                                    
                                    La presidenta Cristina Kirchner tomó 
                                    la decisión de incrementar el ahorro 
                                    fiscal previsto para el año en curso 
                                    y, todavía en un volumen mayor, para 
                                    el 2009. 
                                    
Marcelo Bonelli
                                      mbonelli@clarin.com
                                      
                                      La orden fue dada y el trabajo ya comenzó 
                                      en el Palacio de Hacienda: existe un plan 
                                      de contingencia para reforzar el superávit 
                                      fiscal frente a la tormenta financiera internacional.
                                    La Presidenta tomó la decisión 
                                      junto a Néstor Kirchner y las medidas 
                                      las trabaja en silencio Carlos Fernández. 
                                      La intención es fortalecer la principal 
                                      herramienta de estabilidad que tiene la 
                                      economía: el actual superávit 
                                      fiscal.
                                    La decisión política es terminar 
                                      este año con su superávit 
                                      del 3,5% y no del previsto 3,1%, una diferencia 
                                      de US$ 1.281 millones. También se 
                                      busca reforzar los números del año 
                                      próximo: hay medidas para que el 
                                      superávit previsto del 3,27% alcance 
                                      una cifra récord del 4% del producto, 
                                      una friolera adicional de otros 2.500 millones 
                                      de dólares.
                                    El trabajo fiscal no se va a publicitar 
                                      para evitar costos políticos internos. 
                                      Pero Cristina Kirchner blanquearía 
                                      la decisión de robustecer las cuentas 
                                      públicas en la inminente presentación 
                                      en el Council of the Americas, en el corazón 
                                      de Wall Street.
                                    Hay informes confidenciales –y los 
                                      tienen en Olivos– que señalan 
                                      que la crisis internacional no tiene precedentes 
                                      y va a afectar la economía local. 
                                      Esos trabajos que circulan en la Asociación 
                                      de Bancos Argentinos precisan que Argentina 
                                      será afectada por las siguientes 
                                      razones:
                                      El impacto que ya existe sobre Brasil, el 
                                      principal socio comercial y económico. 
                                      Lula devaluó el tipo de cambio un 
                                      20% afectando la competitividad de las exportaciones 
                                      argentinas.
                                    
                                    El torniquete financiero aumentará 
                                      el costo del dinero y complicará 
                                      el financiamiento estatal.
                                    
                                    La reducción de los precios de los 
                                      cereales afectaría la recaudación. 
                                      Pero la crisis en los Estados Unidos tiene 
                                      epicentro en la Casa Blanca. La administración 
                                      republicana –sin duda– utiliza 
                                      igual sustento filosófico que el 
                                      existente en el 2001, cuando ayudó 
                                      a precipitar la caída de Argentina. 
                                      Se trata de un precepto arraigado en la 
                                      ultraderecha que asesora a George Bush: 
                                      el llamado "riesgo moral". Esa 
                                      teoría la difundió el fundamentalista 
                                      Allan Meltzer y adhirieron viejas figuras 
                                      como Anne Krueger, Paul O’ Neill, 
                                      y las más cercanas Alan Greenspan 
                                      y Ben Bernake. Pero en realidad los defensores 
                                      de esas ideas ultra conservadoras anidan 
                                      en el corazón del poder: sus principales 
                                      defensores son Bush y Condoleezza Rice.
                                    Hasta el comienzo de esta semana el llamado 
                                      "Informe Meltzer" fue religión 
                                      en la Casa Blanca: sostiene que Estados 
                                      Unidos no debe dar planes de salvataje masivos 
                                      para financiar y cubrir la fuga de capitales, 
                                      corridas bancarias y bicicletas financieras 
                                      de los banqueros de Wall Street. En otras 
                                      palabras: en la Casa Blanca existe –hasta 
                                      ahora– la íntima convicción 
                                      de que no hay que aplicar ningún 
                                      megasalvataje de fondo a Wall Street. Por 
                                      eso sigue el desconcierto. Ante el fracaso 
                                      de esta teoría, ayer el Tesoro de 
                                      EE. UU. estudiaba brindar una ayuda de fondo 
                                      al sistema financiero.
                                    Bajo esa doctrina, en el 2001/2002, EE.UU. 
                                      evitó ayudar a la Argentina. Y nuestra 
                                      economía cayó en su peor crisis 
                                      de los últimos cien años. 
                                      Ahora se hizo algo parecido en Wall Street 
                                      y el sistema financiero norteamericano cruje 
                                      y padece la peor crisis desde la década 
                                      del 30.
                                    En línea con el "informe Meltzer" 
                                      primero se castigó a los accionistas 
                                      de Bern Stearn, Fannie Mae y Freddie Mac 
                                      y a la firma AIG, y todo llegó al 
                                      máximo al dejar caer a Lehman Brothers.
                                    Ahora ocurre algo similar con los colosos 
                                      Goldman Sachs y Morgan Stanley. En la Reserva 
                                      Federal se empujan las caídas, porque 
                                      se busca un sistema financiero nuevo, en 
                                      el cual desaparezcan los bancos de inversión 
                                      y que esa tarea sea absorbida por entidades 
                                      más tradicionales, como el Bank of 
                                      America.
                                    También influye la manifiesta impericia 
                                      para manejar la crisis. Alan Greenspan ahora 
                                      pontifica, pero no controló y dejó 
                                      expandir la bicicleta hipotecaria. Sobre 
                                      Paulson muchos sostienen que su accionar 
                                      está condicionado porque fue directivo 
                                      de Goldman Sachs.
                                    La confusión hace que el llamado 
                                      "riesgo moral" se utilice en forma 
                                      discrecional. Eso genera más incertidumbre 
                                      en los mercados.
                                    Así, la impericia alcanzó 
                                      a los "gurúes" ultraliberales. 
                                      Recién se estaban reponiendo del 
                                      traspié de los 90 y ahora vuelven 
                                      a fallar groseramente en sus pronósticos. 
                                      El último y durísimo fallo 
                                      estuvo referido al pago al Club de París. 
                                      Ayer el organismo avaló la iniciativa 
                                      de la Presidenta.
                                    Xavier Musca, el titular del Tesoro de 
                                      Francia, fue quien acaparó la reunión 
                                      el miércoles, cuando se trató 
                                      el caso argentino. Informó de la 
                                      decisión argentina y dio precisiones 
                                      de una conversación que mantuvo con 
                                      Hernán Lorenzino.
                                    Pero Musca aclaró en la intimidad 
                                      lo siguiente: "Igual, hasta ahora no 
                                      tenemos ninguna comunicación oficial 
                                      de Argentina, que conforme una propuesta 
                                      concreta para pagar la deuda". El funcionario 
                                      detalló la situación, porque 
                                      en el Club de París están 
                                      molestos con promesas incumplidas durante 
                                      las gestiones de Roberto Lavagna, Felisa 
                                      Miceli y Martín Lousteau.
                                    
                                      AP PHOTO
                                      Ahora el Club de París autorizó 
                                      a Musca a tomar contacto con las autoridades 
                                      competentes de Argentina para definir exactamente 
                                      la voluntad y decisión de cómo 
                                      se va a pagar la deuda. Esto sucedió 
                                      después de que hubo un insólito 
                                      debate. Hubo fuertes críticas a la 
                                      politización y mediatización 
                                      del tema por parte de la Casa Rosada y se 
                                      tardó una hora en redactar un escueto 
                                      comunicado.
                                    Rafael Estrella, el embajador de España, 
                                      también inició una ofensiva 
                                      diplomática para influir sobre otro 
                                      tema sensible: el cierre del balance de 
                                      Aerolíneas Argentinas. Marsans reconoce 
                                      –para el año pasadoúnicamente 
                                      un quebranto de US$ 80 millones, mientras 
                                      que los funcionarios argentinos hablan de 
                                      otra cosa: la friolera de US$ 300 millones 
                                      en el 2007 y otros US$ 500 millones para 
                                      este ejercicio.
                                    
                                      Copyright Clarín, 2008.
                                    
                                      En la Reserva Federal de EE.UU. se empujan 
                                      las caídas, porque se busca un sistema 
                                      financiero nuevo